viernes, 11 de abril de 2008

Danzando en la agonía

Miguel Guédez


Pasa un asno por el cielo de Irak
arrastrando una carretilla
Esparciendo bombas sobre la coalición de Perros
Ellos señalan al musulmán desnudo
que danza allá arriba
revestido de metralla e ignominia
Aquél sonríe sobre una nube roja
Y gotea su desnudez en la mejilla de las Tropas

¿De quién es la máscara que tapa el yacimiento?

No es del árabe Señor

¿De quién es el turbante húmedo de miedo?

No es del árabe Señor

¿De quién es la verdad que corroe la mezquita?

No es del árabe Señor

¿A quiénes cantan fábulas las aves?

No a los árabes Señor

Señor Bush, Señor monoteísta
A los árabes no les sirven ya los turbantes
Porque usted le vuela sus cabezas

A los árabes ya no cantan las aves
Porque usted retumba con fantasmas de pólvora
la tierra yerma, llena de piedritas y turbantes húmedos

Señor Bush, Señor monoteísta
No se avergüence si lo ven ambiguo
O enmascarado o tramposo
Sabemos dónde mira usted cuando el árabe gotea desde su nube
Y tenga por seguro, no queremos ver lo mismo

El asno sigue con su carreta
Arrastra al sol abriéndose camino entre tinieblas
Tremenda carga para un animal
que está cansado de cargar y cargar
Su ánima lleva a Irak despierta
A esa Irak que le robaron las calles y sus dos ríos
A esa Irak dónde no se sabe cuándo volverán a danzar
Alá con Aladino
A esa Irak que se alimenta del Eufrates y el Tigris
Y sobre todo del amor que alimenta a la tierra prometida
Cada beso, tres veces al día